La Serie A1 femenina de voleibol de Italia es la máxima división de la competencia para clubes italianos de voleibol femenino organizada en un principio por la Federación Italiana de Voleibol (Federazione Italiana Pallavolo, FIPAV) y a partir de 1987 por la Lega Pallavolo Serie A, entidad que agrupa a distintos clubes de serie A1 y A2.[1][2]
Se trata de una de las ligas más populares y poderosas del voley femenino: sus equipos han conseguido ganar la Liga de Campeones europea en 17 ocasiones (además de lograr 15 subcampeonatos), mientras que en 2014 tuvo una audiencia media en televisión de 146 000 espectadores por jornada.[3] Para la temporada 2017/18 la RAI informó una audiencia media de los partidos del Imoco Volley Conegliano siempre superior a las 100 000 personas, con un pico de 200 000 espectadores para la final de la Copa de Italia (evento que se disputó al mismo tiempo que la final nacional de baloncesto masculino).[4] En cuanto al público en vivo, la Lega informó en 2018 que el Imoco Voleibol convocó a una media de 4310 espectadores por partido de fase regular, y 4762 en los playoffs: un 82% de ocupación de su estadio.[4] Para la temporada 2011/12, la media de asistentes por partido había sido de 1989, con un total de 260 561 a lo largo de 131 partidos.[5]
A pesar de esto, la liga ha generado críticas ya que las jugadoras, a diferencia de sus contrapartes masculinos de la Serie A1, no son consideradas profesionales, por lo que se encuentran excluidas de la mayoría de las formas de protección presentes en el mundo del trabajo.[3][6] Un caso paradigmático al respecto fue el de la armadora estadounidense Carli Lloyd, jugadora del VBC Casalmaggiore que en 2020, tras anunciar su embarazo, decidió retornar a los Estados Unidos ya que su contrato no contemplaba ningún tipo de licencia si no que suspendía todo tipo de retribución hasta que retornarse a sus labores.[3][7][8]